Opinión 

Entre la curva de aprendizaje y el conflicto social

Isidoro YESCAS

El gobierno de Alejandro Murat heredó del gabinismo un estado quebrado financieramente, pero también con muchos cabos sueltos en materia de gobernabilidad y orden administrativo.

Agotada la etapa de la euforia por el  relevo de poderes y la rumorología sobre la integración del gabinete, desde el pasado mes de diciembre del 2016 empezaron  a correr los días y los meses para  cumplir con  las promesas de campaña y definir  estilos y métodos (eficaces y oportunos, se esperaría) para gobernar una entidad caracterizada por su alta conflictividad y la presencia avasallante de poderes fácticos y movimientos sociales.

Y para gobernar con eficacia y eficiencia, el nuevo gobierno enfrenta el reto de no quedar atrapado por mucho tiempo en la curva de aprendizaje, (especialmente de esa exquisita   juniocracia encaramada en cargos de primer nivel y que desconoce la realpolitick oaxaqueña) ni en la red de compromisos personales, políticos y corporativos que han prevalecido en la integración del gabinete legal y ampliado.

Y superar esa curva de aprendizaje implica no solamente conocer el modus operandi del quehacer administrativo y político gubernamental, sino superar en el menor tiempo posible ausencias y  deficiencias propios de un gabinete híbrido y desequilibrado generacionalmente en donde abundan los aprendices e improvisados y se cuentan con los dedos los hombres y mujeres con experiencia y conocimiento en el arte de gobernar y administrar.

En asuntos de orden político-electoral, y que requerirán la inmediata intervención gubernamental, habrá que citar los resultados de las recientes elecciones municipales por sistemas normativos internos.

Para fortuna de los pueblos que se rigen por este sistema el relevo de poderes transitó sin grandes aspavientos y con bajos niveles de conflictividad. No obstante en una veintena de municipios cuyas elecciones fueron invalidadas por el Consejo General del IEEPCO habrá administradores municipales que legalmente solo deberían permanecer en el cargo 90 días pero, visto los usos y costumbres de la burocracia gubernamental, es probable que los conflictos estallen cuando los administradores realicen todo tipo de maniobras y  alianzas políticas para permanecer en el cargo por tiempo indefinido. O mucho antes pues, como ya se advierte, en este tipo de nombramientos el denominador común será el pago de favores políticos y las viejas complicidades para imponer en estos cargos a personajes ya muy conocidos por su vocación para dividir a los pueblos y saquear las arcas municipales.

Acostumbrados a actuar con total impunidad y altos niveles de violencia, los transportistas afiliados a la CTM y al Sindicato Libertad representan, sin duda, un sector al que el gobierno debe aplicar todo el peso de la ley para evitar que se repitan los enfrentamientos y ajustes de cuentas  a plena luz del día que se vivieron en el pasado sexenio. Y el riesgo es que esta impunidad ya tentó a  los concesionarios del transporte foráneo a ignorar a SEVITRA al incrementar el costo de las tarifas de los taxis colectivos.  De ahí  el reto del nuevo gobierno para que ningún sindicato,  o cualquier otra organización social, gremial o política, persiste en su afán de seguir lastimando a la sociedad burlándose de las instituciones y vulnerando el estado de derecho.

En este sentido el diálogo y la intensa negociación, por un lado, y la impartición de justicia, por el otro, deben ir de la mano para empezar a recuperar la gobernabilidad que le urge a Oaxaca no solamente por el caos financiero y político heredado del gabinismo, sino por el escenario de crisis social y movilización ciudadana que ya estalló en el país como resultado del arbitrario y desproporcionado incremento al precio de las gasolinas decretado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Y lo que ya se anticipa en la entidad, a propósito de los gasolinazos, es la reactivación de las movilizaciones del gremio magisterial agrupado en la sección 22 del SNTE, y de un conjunto de organizaciones sociales y padres de familia, para abanderar una causa muy sentida por todos los mexicanos y mexicanas. Una causa justa que, por cierto, debe evitar que derive en actos de vandalismo y pillaje pues, contra lo que se percibe en las altas esferas del gobierno del estado, los anarquistas y provocadores solo están esperando la primera oportunidad para intentar descarrilar las protestas ciudadanas.

El trabajo que tiene por delante el nuevo gobierno es, entonces, no solamente  atender y resolver la   profusa conflictividad local con prontitud y eficacia sino involucrarse a fondo en la atención de la inconformidad social producto del gasolinazo y la corrupción gubernamental que ya recorre cada punto del territorio mexicano y que, no lo duden,  pasará por Oaxaca.

Twitter: @YescasIsidoro

 

 

 

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